Buscamos garantizar bienestar de la población

Buscamos garantizar bienestar de la población


La organización internacional World Vision Perú cumple 45 años de labor en la región, y gran parte de su historia está vinculada en las zonas donde vienen desarrollando diversos proyectos sociales orientados al bienestar de la niñez y adolescencia.

Según informó Celia Cerda Vásquez, gerente de la Macro Región Sur de World Vision Perú, la institución ingresó a Ayacucho a inicios de la década de 1990, en el contexto del conflicto armado interno. Su objetivo en ese momento fue brindar apoyo a las familias desplazadas, sobre todo en zonas como Huanta, Uchuraccay y sectores periurbanos de la ciudad.

“En ese periodo, muchas familias dejaron sus comunidades. World Vision llegó para atender sus necesidades más urgentes. Ya antes, en los años 80, se había brindado ayuda tras un terremoto con comedores populares en zonas como Vista Alegre y Acosvinchos”, explicó Cerda.

Actualmente, la ONG trabaja en cuatro grandes programas distribuidos en diversos distritos de Ayacucho como Tambo, Huamanguilla, Acocro, Quinua, Tambillo, Pacaycasa y zonas periurbanas como Jesús Nazareno y Andrés Avelino Cáceres. Las áreas de intervención abarcan salud, educación, medios de vida y justicia, con énfasis en la participación activa de niñas, niños y adolescentes.

Uno de los ejes centrales de World Vision es el fortalecimiento del liderazgo juvenil. Jonathan Castro Gómez, facilitador de desarrollo, señaló que se trabaja con municipios escolares y alianzas de líderes juveniles como ARELI (Alianza Regional de Líderes para la Transformación).

“Buscamos formar agentes de cambio, jóvenes que desarrollen su liderazgo en sus colegios, comunidades y familias”, mencionó.

Roy, un adolescente beneficiario, destacó el impacto de estos programas en su vida personal. “Antes era muy tímido. Gracias al acompañamiento de World Vision ahora puedo expresarme con libertad, hablar con autoridades y participar activamente en mi comunidad”, relató.

Además del trabajo con jóvenes, World Vision realiza un seguimiento constante a los niños y niñas involucrados en sus programas.

“Cada 90 días realizamos un monitoreo para saber cómo están en salud, educación y protección. Si detectamos alguna dificultad, intervenimos con apoyo directo o coordinamos con las instituciones pertinentes”, explicó Cerda.

Sin embargo, también enfrentan desafíos. Uno de ellos es la alta rotación de autoridades locales, lo que obliga a reiniciar constantemente procesos de capacitación y sensibilización. Otro reto importante es la reducción de financiamiento internacional.

“El Perú ya no es un país prioritario para la cooperación externa, y eso afecta la sostenibilidad de los proyectos. Actualmente, algunos de nuestros programas están en fase de cierre en Ayacucho”, mencionó la representante regional.

Pese a ello, la organización busca garantizar la continuidad de su impacto a través de la transferencia de herramientas y capacidades a instituciones como las Direcciones Regionales de Educación y Salud, así como gobiernos locales.

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