Un canto a la memoria a través de “Las Piedritas”

Un canto a la memoria a través de “Las Piedritas”


El cantautor ayacuchano Carlos Mancha ha lanzado recientemente “Las Piedritas”, un proyecto musical en colaboración con Abed Cornejo y Joaquín Bock. Esta propuesta combina sonidos tradicionales andinos con un enfoque contemporáneo y experimental, resultado de un trabajo que busca transmitir emociones personales a través de una fusión acústica.

La canción fue concebida en un momento de cambio personal para Mancha. “Mi hermana partía fuera de Perú, se fue a Bélgica, y también ya se venía la paternidad”, comentó el artista, señalando que estos hechos fueron parte de la creación de la letra y la atmósfera de la canción.

La pieza musical tiene una duración aproximada de cinco minutos y recurre a una instrumentación variada y orgánica: guitarras, cajón peruano, semillas, palo de lluvia y un instrumento amazónico llamado sapito, que emite sonido al ser rascado.

En cuanto a los arreglos vocales, Abed Cornejo explicó que buscaron realzar la expresividad de la interpretación, incluso sugiriendo elevar la tonalidad de la canción un semitono para agregar tensión emocional.

“Carlos tiene experiencia ejecutando muchos estilos musicales, pero ya el hecho de atreverse a tener temas propios con influencia de todos los estilos que él ha aprendido… enriquece mucho más el lenguaje musical”, indicó Cornejo.

Durante el proceso creativo, los artistas se inspiraron en una caminata realizada en Wari, donde descubrieron piedras pintadas que, al golpearlas, producían sonidos distintos. Esta experiencia fue grabada con un celular y se incluyó en la producción final.

Las Piedritas es también una canción que evoca el recuerdo de personas queridas y momentos vividos, especialmente en Ayacucho.

“Ayacucho se le recuerda como un lugar en donde hay fiestas… esa persona que tú amas, has compartido momentos, y te evoca a esos momentos, pero ya no cuentas con esa persona, porque ya se fue”, expresó Mancha.

El equipo decidió no usar metrónomo durante la grabación, optando por una ejecución más natural y espontánea.

“Cada toma que la gente va a oír es una toma que se grabó y quedó”, dijo Mancha, quien aseguró que este enfoque se alinea con su amor por la “vieja escuela” de grabación.

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