Crisis política frena economía y ahuyenta inversiones

Crisis política frena economía y ahuyenta inversiones


La inestabilidad política que atraviesa el Perú desde hace más de una década no solo ha debilitado sus instituciones democráticas, sino que ya representa una amenaza directa para su desarrollo económico. Así lo advierte un reciente informe del Atlantic Council, centro de análisis con sede en Washington D.C., que incluye al país en su serie de Freedom and Prosperity Indexes (Índices de Libertad y Prosperidad).

En el documento, se menciona que la economía peruana enfrenta un riesgo estructural: la ausencia de consensos políticos ha paralizado las reformas esenciales y ha generado un entorno de incertidumbre que afecta tanto a la inversión nacional como extranjera.

“La debilidad de las instituciones y la gobernanza, reflejada en la corrupción, una burocracia excesiva y un poder judicial ineficiente, desincentiva la inversión”, sostiene el informe.

La crisis de gobernabilidad tiene una raíz estructural en el diseño constitucional: desde 1993, el Congreso puede vacar al presidente por “incapacidad moral” y el Ejecutivo puede disolver el Parlamento si se le niega la confianza en dos ocasiones. Este esquema, que ha sido utilizado repetidamente, ha producido gobiernos sin legitimidad y sin capacidad efectiva de gestión.

Entre 2016 y 2024, el Perú ha tenido seis presidentes. En paralelo, más del 60 % de su fuerza laboral opera en la informalidad, lo que reduce la base tributaria, debilita el sistema de protección social y perpetúa la desigualdad. En zonas rurales, esta cifra supera el 80 %.

Según el Latinobarómetro 2023, solo el 21 % de los peruanos confía en el Congreso y apenas el 18 % considera que el país se gobierna en beneficio de todos. Para Liliana Rojas-Suarez, economista y autora del análisis, Perú se encuentra atrapado en una espiral de desconfianza ciudadana, fragmentación política y parálisis estatal.

“La estabilidad macroeconómica no basta cuando la economía carece de motores internos para crecer de forma sostenible”, advierte.

El informe también resalta que la falta de seguridad jurídica y reglas de juego claras ha generado una retracción del sector privado. Como consecuencia, la economía se ha vuelto altamente dependiente de los precios internacionales de materias primas, lo que incrementa su vulnerabilidad ante choques externos y agudiza las brechas entre regiones.

Sin embargo, el Atlantic Council menciona una alternativa: apostar por un modelo de desarrollo verde. Con reservas importantes de minerales estratégicos como cobre y litio, además de un alto potencial para energías renovables, el Perú podría posicionarse como un nodo clave en la transición energética global.

“Invertir en infraestructura verde, promover la formalización laboral y capacitar técnicamente a la población puede generar empleo de calidad y crecimiento sostenible”, sostiene el informe. Esta estrategia, además de rentable, podría ofrecer un terreno común para un nuevo pacto político, con una visión de desarrollo más inclusiva y duradera.

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