La historia de la independencia del Perú no solo fue protagonizada por generales y próceres consagrados. Detrás del relato tradicional, se encuentran las comunidades campesinas, actores fundamentales cuya participación ha sido históricamente invisibilizada. Estas poblaciones no fueron ajenas al proceso emancipador; por el contrario, ejercieron una participación activa, consciente y decidida en la lucha contra el dominio colonial español.
Uno de los nombres que emergen de esta historia silenciada es el de Pablo Basilio Auqui Huaytalla, parte de los morochucos de Cangallo, en Ayacucho. Aunque su figura no fue reconocida al nivel de otros héroes durante décadas, en los últimos años ha cobrado relevancia como símbolo del compromiso campesino con la independencia del Perú.
Nacido alrededor de 1750 en la provincia de Cangallo, Auqui tenía cerca de 70 años cuando se unió a las filas patriotas, liderando partidas de guerrilla contra el ejército realista. Su lucha terminó en tragedia: capturado junto a su familia por las fuerzas de Carratalá, fue torturado y ejecutado, presuntamente en la plazoleta del templo de Santa Teresa.
El historiador Nelson Pereyra explica que el protagonismo de Basilio Auqui comenzó a construirse recién en el siglo XX, en el contexto de la conmemoración del centenario de la independencia. «El personaje adquiere protagonismo a inicios del siglo XX a partir de la obra de un intelectual limeño, Carlos Maúrtua, y de la obra de intelectuales huamanguinos como Manuel Jesús Pozo, Pío Max Medina», señala. Sin embargo, advierte que aún no se puede afirmar con certeza si el nombre de aquel “Auqui ejecutado en 1822 era Basilio, aunque las fuentes sugieren su participación directa.
Las fuentes históricas sobre Auqui son limitadas. Pereyra indica que «lo que tenemos son básicamente documentos elaborados por los jefes militares patriotas y documentos elaborados por los oficiales realistas». Estas evidencias indirectas han sido recopiladas, en parte, en la colección documental del sesquicentenario de la independencia, y complementadas con archivos del Gobierno Regional de Ayacucho.
Respecto al escaso reconocimiento que ha tenido Basilio Auqui frente a otros héroes de la independencia, Pereyra enfatiza: «Tiene que ver con la participación de los sectores campesinos en la independencia, y el país es un país eminentemente racista». Esta invisibilización responde a una visión centralista de la historia, que ha desestimado el papel de los campesinos andinos como actores políticos con agencia propia.
La figura de Basilio Auqui encarna valores fundamentales como la resistencia, el compromiso político y la dignidad de los pueblos originarios.
Para Pereyra, “nos ayuda a pensar en las decisiones políticas que toman los sectores campesinos. Nos ayuda a combatir el racismo sobre estas poblaciones que considera que los campesinos siempre son manipulados”.
En ese sentido, el reconocimiento de Auqui como Héroe y Mártir de la Independencia del Perú mediante la Ley N°31491, promulgada el 9 de junio de 2022, marca un hito en la memoria histórica del país.
Según Pereyra, «a diferencia de otras conmemoraciones emblemáticas, este bicentenario ha sido un momento de recordación del protagonismo de estos sectores populares y de las mujeres en la guerra de la independencia».
Hoy se cumplen 203 años del fallecimiento de Basilio Auqui. Para el historiador, esta fecha debe servir para reflexionar: “Que la memoria de estos acontecimientos que ocurrieron hace más de 200 años atrás sea propicia para combatir el racismo y la estigmatización de estas poblaciones campesinas”.
El legado de Basilio Auqui representa una deuda histórica con aquellos que lucharon sin esperar gloria, pero que fueron fundamentales para alcanzar la libertad del Perú.
LO DIJO: “Nosotros luchamos por tener lo que tienen las aves, esa libertad de volar en el espacio. ¡No sabemos de traición! ¡Comprendo mi sacrificio! Por eso he ordenado seguir luchando ¡hasta el fin! e internar lejos el ganado que pueda servir a los ejércitos patriotas”.
