Moisés Vivanco y el legado musical de un hijo ayacuchano

Moisés Vivanco y el legado musical de un hijo ayacuchano


El nombre de Moisés Vivanco Allende vuelve a resonar en Ayacucho tras el reciente reconocimiento otorgado por el Consejo Regional, una distinción que busca rendir homenaje a uno de los músicos más importantes que ha dado Huamanga.

Vivanco nació el 7 de febrero de 1918 en el barrio de San Blas. Desde muy pequeño mostró un talento excepcional para la música: a los 10 años ya dominaba el charango y fue llevado a Lima para participar en el tradicional festival de la Pampa de Amancaes en 1928. Este sería el inicio de una carrera que lo llevaría lejos de su tierra natal.

En su juventud migró a Lima, donde continuó formándose y poco a poco se convirtió en guitarrista de la Radio Nacional. Allí empezó a destacar no solo como intérprete, sino también como promotor musical. En 1939 fundó el primer conjunto folklórico peruano y desde entonces trabajó en la difusión de la música andina.

Uno de los hitos de su vida artística fue haber descubierto y acompañado a la soprano Zoila Emperatriz Chávarri del Castillo, conocida mundialmente como Yma Súmac. Juntos emprendieron un camino hacia escenarios internacionales en la década de 1950, época en la que Estados Unidos empezaba a abrirse a nuevos sonidos.

“Ellos tuvieron que inventar y crear su arte para llevarlo a un público muy diferente”, explicó Roberto Bustamante, presidente del Comité Homenaje Moisés Vivanco.

Además de ser guitarrista y compositor, Vivanco fue un incansable investigador de las tradiciones musicales peruanas. Su obra incluye marchas, partituras y composiciones dedicadas al Perú y a Ayacucho, como la “Marcha Túpac Amaru”, “Granaderos de Ayacucho” y piezas inspiradas en la Semana Santa ayacuchana, entre ellas Popule Meus.

En sus últimos años vivió en España hasta su fallecimiento el 20 de septiembre de 1998 en Barcelona.

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El reciente reconocimiento en Ayacucho ha sido impulsado por un comité integrado por huamanguinos residentes dentro y fuera del país. Para ellos, se trata de un acto de justicia cultural.

“Nuestra preocupación es que no solo un representante del arte musical sea reconocido. Hay muchos otros valores de Huamanga y Ayacucho que aún esperan homenajes”, comentó Bustamante.

Entre las propuestas del comité se encuentra que una calle o una plaza de Huamanga lleve su nombre, así como promover publicaciones didácticas que difundan su vida y obra entre los jóvenes. Ya existe una escuela en Huancapuquio que fue bautizada como Institución Educativa Moisés Vivanco Allende, un primer paso para mantener vivo su legado.

“Muy pocas personas conocen su historia y en eso estamos trabajando. Queremos que las nuevas generaciones sepan quién fue Moisés Vivanco y valoren su aporte”, señaló Bustamante.

Con este reconocimiento, buscan que Ayacucho empiece a recuperar la memoria de no sólo uno de sus hijos más universales, sino también la valoración a personalidades que aún se mantienen en el anonimato.

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