Desde su fundación en 2004, el Centro Loyola Ayacucho ha venido trabajando en la promoción de los derechos humanos, el fortalecimiento de capacidades ciudadanas y la construcción de una cultura de paz en una región marcada históricamente por la violencia del conflicto armado interno en los años 80.
Esta organización no gubernamental orienta su labor hacia personas en situación de vulnerabilidad y exclusión, como adolescentes, jóvenes sin acceso a educación superior, adultos mayores y pueblos indígenas de la selva ayacuchana. Su enfoque combina el compromiso social con una espiritualidad inspirada en la tradición jesuita, con énfasis en la justicia social y el respeto por los derechos humanos.
El Centro Loyola cuenta con cuatro programas principales. Uno de ellos es “Caminando con Ellos y Ellas”, que acompaña a adolescentes en situación de riesgo y vulnerabilidad. Otro es Mística y Diaconía, centrado en la espiritualidad ignaciana. También está el programa «Juventud y Gobiernos Locales», que incluye proyectos sobre medio ambiente, género, y resolución de conflictos mediante el diálogo. Finalmente, el proyecto de «Salud Mental y Derechos Humanos» trabaja con seis comunidades nativas de la selva ayacuchana.
Uno de los enfoques recientes del Centro Loyola ha sido el fortalecimiento del liderazgo femenino. A través del proyecto Fortalecimiento de Mujeres para la Paz, el Desarrollo y los Derechos Humanos, se capacita a mujeres jóvenes de entre 18 y 29 años en herramientas de diálogo, mediación de conflictos y participación en espacios públicos. El objetivo es promover su participación activa en la vida social y política, así como su rol como mediadoras de paz.
“Queremos generar más espacios de diálogo con autoridades y organizaciones, y seguir construyendo una cultura de paz. Este contexto de crisis social y política requiere más que nunca del entendimiento mutuo”, explicó Jane García Gavilán, directora del Centro Loyola Ayacucho.
Desde su perspectiva, muchas de las leyes actuales limitan el acceso a derechos fundamentales, lo que refuerza la necesidad de una ciudadanía informada, activa y capaz de defenderse. Frente a este panorama, el Centro Loyola apuesta por el trabajo articulado con redes, autoridades y otras instituciones, tanto públicas como privadas.
Además de su trabajo directo con la población, la institución promueve la cooperación interinstitucional como parte de su misión.
“Queremos hacer nuestro trabajo en alianza con otros, valoramos la colaboración en red”, mencionó su equipo.
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