La continuidad del arte popular ayacuchano preocupa a especialistas, artesanos y gestores culturales, quienes advierten que varias líneas artesanales podrían desaparecer por falta de relevo generacional, escasez de escuelas especializadas y debilidad en la formación técnica. Aunque el retablo mantiene una producción sólida, otras expresiones como la hojalatería o el tallado en madera se sostienen apenas por dos o tres familias.
Durante la Charla organizada por Jornada, Patricia Mendoza señaló que el cierre de instituciones formativas como el CEO Joaquín López Antay, que enseñaba platería y retablo, evidencia un problema estructural: la enseñanza del arte popular está desarticulada del sistema educativo y carece de apoyo estatal sostenido. La ausencia de vínculos entre la Escuela de Bellas Artes, la Escuela de Música y la universidad regional agrava la situación.
La propuesta de un gran museo también busca asumir un rol formativo e investigativo, integrando talleres, laboratorios de conservación y espacios para nuevas generaciones. Esta visión apunta a fortalecer la identidad cultural de la región y evitar que líneas tradicionales desaparezcan en las próximas décadas.
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