El boxeo ayacuchano vuelve a latir con fuerza. Tras varios años de ausencia en los escenarios oficiales, la ciudad se prepara para vivir nuevamente la emoción del cuadrilátero con la presencia de siete jóvenes talentos que representarán a la región en la próxima Copa Cede, que se disputará del 12 al 14 de septiembre.
La expectativa es alta y la ilusión aún mayor, pues este regreso marca el inicio de una nueva etapa para un deporte que alguna vez tuvo gran tradición en estas tierras.
Los entrenadores Charmely Ramírez y Daniel Navarro no ocultaron su entusiasmo por lo que se viene, además de destacar el esfuerzo y la disciplina de los jóvenes en su proceso de preparación.
“Los chicos están listos para este campeonato. Ayacucho está volviendo al boxeo prácticamente”, aseguró Ramírez.
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Por su parte, Navarro puso énfasis en el trabajo integral que vienen desarrollando desde hace semanas.
“Estamos trabajando en el control del peso desde hace dos meses para que lleguen en las mejores condiciones”, precisó.
A ello sumó la importancia de cuidar la salud de los adolescentes durante el proceso de adaptación para los entrenamientos y el recorte de peso.
“No podemos hacer un corte de peso agresivo, ya que ellos están en pleno crecimiento”, detalló.
El equipo ayacuchano estará representado por siete pugilistas de distintos colegios que han mostrado gran compromiso y dedicación en cada jornada de entrenamiento.
Ellos son Andre Ayme Húsares, del colegio José Gabriel Condorcanqui; Aiko Sanches Koga, del colegio Los Licenciados; Camila Victoria Lozano Ramírez, de Lovachevsky; Farid Aarón Yaranga Tenorio, de San Antonio; José Quispe Janampa, de Elohim; Karina Olarte Paravicino, de Federico Froebel; y Piero Lapa Rivera, de Pedro Paulet.
El proceso de preparación ha sido exigente y minucioso. Los entrenadores explicaron que el enfoque no solo ha estado en la parte técnica, sino también en el aspecto psicológico, fundamental para que los jóvenes puedan desenvolverse con seguridad y confianza en un deporte tan demandante.
La alimentación equilibrada, los entrenamientos diarios y el seguimiento cercano de cada boxeador han sido claves en este camino.
“La motivación es muy grande, cada uno sabe lo que significa representar a Ayacucho en un torneo nacional”, puntualizó Ramírez.
Los convocados, que van desde primero hasta quinto de secundaria, reflejan la renovación generacional del boxeo local. Son adolescentes que han encontrado en este deporte disciplina, carácter y una oportunidad de proyectarse hacia el futuro.
Su esfuerzo no solo se mide en los guantes y el sudor de los entrenamientos, sino también en la ilusión de sus familias y de toda una ciudad que vuelve a mirar al boxeo con esperanza.
La Copa Cede es mucho más que un torneo deportivo, pues significa el renacer de una disciplina que estuvo silenciada durante años y que ahora vuelve con nuevas generaciones dispuestas a abrirse camino.
El esfuerzo de los entrenadores y la entrega de los deportistas reflejan un sueño colectivo que apunta a devolverle protagonismo al boxeo ayacuchano.
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