La filigrana es una técnica artesanal que forma parte del valioso legado cultural de Ayacucho. Esta delicada forma de orfebrería, practicada desde la época virreinal, se caracteriza por el tejido minucioso y detallado de hilos de plata que dan forma a joyas y ornamentos únicos. Hoy, su preservación depende del compromiso de artesanos y del apoyo institucional que permita mantener viva esta tradición.
Nadia Mendoza, artesana y representante de “Fini: el arte de la joyería,” es una de las principales impulsoras de esta técnica en la región. Comenzó en la filigrana como un pasatiempo, debido a su interés en las joyas hechas a mano. Con el tiempo, ese interés se convirtió en su vocación y sustento. Actualmente, dirige un taller donde también forma a jóvenes en este arte.
“La filigrana ayacuchana tiene un estilo único en comparación con otras regiones del país. Es más detallada, más fina. Es parte de nuestra identidad cultural”, señala Mendoza.
Históricamente, esta técnica fue utilizada en la creación de elementos religiosos: coronas, aretes y decoraciones para imágenes católicas. Con el paso del tiempo, su uso se extendió a la joyería personal, especialmente en mujeres de la región.
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Sin embargo, la continuidad de este arte enfrenta retos importantes. Mendoza advierte que hoy en día existen pocas oportunidades formativas para quienes desean aprender la técnica. Instituciones como el Cetpro Joaquín López Antay, donde ella misma estudió, han dejado de ofrecer cursos de filigrana y platería.
“Si no se enseña, este arte corre el riesgo de desaparecer”, afirma.
La artesana también hace un llamado a las autoridades locales y regionales para que promuevan y valoren más esta expresión artística. En su opinión, se necesita no solo difusión a través de espacios culturales y museos, sino también educación técnica y talleres accesibles para jóvenes.
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“Es importante que entiendan que la filigrana no solo es arte, también puede ser un oficio y una fuente de ingresos para muchas familias”, añade.
La filigrana huamanguina no es solo una técnica decorativa; es un símbolo de la historia y creatividad del pueblo ayacuchano.
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